Experiencia y mensaje eclesial de Francisco Palau y Quer, OCD

Antonia Agulló Durá, cmt

 

PRESENTACIÓN:

Para quienes tenemos referencias y conocemos la vida de Francisco Palau nos sería difícil concebirle o hablar de él sin hacer referencia a la Iglesia. En cualquier tema que se exponga sobre Francisco Palau surge, aún sin pretenderlo, su constante búsqueda, su amor apasionado a la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo. La Iglesia es eje de su vida y su doctrina.

Francisco Palau, vivió la Iglesia en clave de fe y de entrega incondicional, luchó y buscó hasta que le fue revelada su misión en la Iglesia. Una Iglesia que se le manifestó como Dios y los prójimos y a quien sirvió como misionero incansable, escritor, apóstol, fundador.

Son muchas y dispersas las páginas de Francisco Palau dedicadas al tema de la Iglesia y es asunto presente y dominante en sus escritos porque lo fue también en su vida. Aunque no ha dejado un sistema doctrinal eclesiológico organizado, a través de sus escritos podemos deducir su concepción y sentir sobre la Iglesia. El pensamiento y el amor a la Iglesia llenan la vida y la obra del padre Palau, marcándolos con un sello singular e inconfundible.

Su vida está marcada por la búsqueda de su amada: la Iglesia. La trayectoria histórica de su vida aparece marcada y orientada por su pasión por la Iglesia, incipiente en su niñez e impulso decisivo en su juventud. Francisco Palau, hombre radicalmente eclesial, enamorado de la Iglesia, pasó de la causa de la Iglesia a la Iglesia misterio.

Desde su concepción de la Iglesia como Dios y los prójimos el ser humano es contemplado como imagen viva de la Iglesia: En Cristo, la imagen perfecta de Dios, el hombre nuevo por excelencia y en él cada ser humano se descubre a sí mismo imagen de la Iglesia.

Elementos más sobresalientes de la eclesiología palautiana:

– La experiencia eclesiológica:desde un nuevo modo de ser y de entender a la Iglesia se fue engendrando su espiritualidad eclesial, lleva el sello de su vocación personal y carismática, vida teologal y mística misionera centrada en el misterio de la Iglesia. A Francisco le es manifestada la Iglesia como Dios y los prójimos.

– La doctrina del cuerpo Místico (imagen paulina y desarrollada por la patrística),en cuya metafórica realidad centra y hace coincidir el dogma, la moral y la espiritualidad;

– El sentido trinitario de la Iglesia: la presencia de las tres divinas personas en el ser humano rubrican el sentido trinitario de la Iglesia, de modo que el hombre, mirándose a sí mismo, se descubre imagen viva de la Iglesia y a la Iglesia como imagen viva de la Trinidad. Él presenta la relación y profunda unidad que hay entre Cristo y los miembros de la Iglesia: Dios y los prójimos. Iglesia Trinidad que penetra y da vida al Cuerpo Místico de Cristo.

– La Iglesia como comunión. Su visión eclesial está marcada por un sello profético-carismático, la idea y vivencia de la Iglesia como misterio de comunión es esencial.La eclesiología de comunión representa el contenido central del «misterio» de la Trinidad y su plan de salvación. Para Francisco es fundamental la eclesiología de Comunión: Dios y los hombres. La concepción de la Iglesia como misterio de comunión es la esencia de la espiritualidad y vivencia del beato Francisco Palau.

– En el aspecto pneumatológico, la Iglesia es misterio de intercomunicación personal, en el Espíritu Santo, de todos los miembros con la Cabeza y entre sí.

– El sentido cristocéntrico viene marcado como misterio de unidad entre Cristo y sus miembros, realizado dentro del plan histórico de salvación.

Palau llegó a la gran conclusión de su vida, la que le unificó y acabó con sus búsquedas: la Iglesia es antes que nada comunión, pero en el misterio, misterio de comunión, unidad y fuente de unificación con Cristo místico, fraternidad por realizar y proyectar, y realidad viva. La Iglesia le fue revelada como Dios y los prójimos. Esta es la proyección de Francisco en la historia y en la Iglesia.

Sintetizamos las tres dimensiones de la Iglesia presentada por Francisco Palau:

Divina y humana: Iglesia de naturaleza sobrenatural, pero formada por hombres. Participación de unión trinitaria y no simple comunión de convicciones morales y religiosas, aunque éstas entren en la adhesión de respuesta fiel a la persona y al mensaje.

Espiritual y visible: carne y espíritu, visible e invisible.

Pneumática y jerárquica: En la vida y mensaje de Francisco Palau contemplamos la visión de una Iglesia en el Espíritu y la estructura jerárquica de esa misma Iglesia, pero predomina y con mucho la primera dimensión.

Francisco Palau escribe su experiencia eclesial unos años antes del Concilio Vaticano I. Podemos decir que fue hombre histórico del Vaticano I y hombre espiritual del Vaticano II, ofreciendo un nuevo modo de ser y entender la Iglesia. Si confrontamos sus intuiciones e ideas capitales con la evolución experimentada en torno a la Iglesia a lo largo de un siglo, advertimos sin esfuerzo y sin violentar su pensamiento, que Francisco Palau presentó una visión muy avanzada para su tiempo. Se vislumbra en sus escritos una visión de la Iglesia que sintoniza con preocupaciones y problemas de nuestros días. Francisco Palau aparece como un hijo de su tiempo y, a la vez, como un profeta o precursor de la eclesiología posterior.

La manifestación de la Iglesia en Francisco Palau es el impulso de su misión apostólica, de su entrega incondicional a esta Iglesia. Ésta es la mejor garantía de su relación mística con la Iglesia, manifestación de la presencia de Dios, encarnada en rostros concretos. Su obra fundacional nace como fruto de esta experiencia de amor a la Iglesia, es el alma de su carisma apostólico.

El padre Palau, hizo de la Iglesia -misterio de unidad y comunión- la razón y la pasión de su vida.