Pastoral de la acogida

Desde nuestras raíces, desde Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, cada Carmelo es antes que nada una «escuela de oración».

Y eso pretendemos que sean nuestras casas: grupos donde se establezca con el Padre, el Hijo y el Espíritu una relación de amor; esto es, un «trato de amistad».

Un lugar donde se dé por vivido que Dios está presente, que es Amigo; que le oímos cuando leemos la Escritura, le hablamos cuando oramos, y entramos en la espiral de su amistad siempre que nos animamos a tener «altos pensamientos».

Pero, la oración tiene sus dificultades, implica el aprendizaje de una nueva lengua; ese viaje hacia nuestro mundo interior supone un esfuerzo…

Además del testimonio de nuestra vida comunitaria, ejercemos la pastoral de la espiritualidad, colaborando en la dirección de centros de espiritualidad, y dirigiendo grupos, jornadas y cuantas actividades sirvan para fomentar esa presencia de Dios, única fuerza capaz de transformar luego la propia vida.