Con el deseo de que este Año Jubilar nos impulse a priorizar el Primer Anuncio, es decir, a evangelizar haciendo la proclamación explícita de que Jesucristo, es «la clave, el centro y el fin de toda la historia humana», las Carmelitas Misioneras Teresianas queremos compartir, queremos vivir y “caminando juntas”, experimentando que somos “Pueblo de Dios en marcha”, que “juntos hacemos camino”, que somos “Iglesia que avanza. Queremos vivir este Jubileo “por Él, con Él y en Él”, pidiéndole a Él, la audacia de no vacilar con la certeza y fortaleza que comunica el Espíritu Santo.

El Año Jubilar 2025, convocado bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”, marca un momento trascendental en la vida de la Iglesia Católica. Este Año Santo, proclamado por el Papa Francisco mediante la bula “Jubileo de la Esperanza”, invita a todos los fieles a redescubrir la misericordia de Dios y a caminar juntos como una Iglesia unida y renovada. Como primer jubileo ordinario desde el año 2000, esta celebración ofrece una oportunidad única para fortalecer la fe y la comunión con Dios y, como se trata de un jubileo, también es una oportunidad para lograr la indulgencia plenaria, redescubrir el valor de la confesión y experimentar el perdón de Dios.

El Jubileo 2025, proclamado como un tiempo de gracia y reconciliación, invita a los fieles a redescubrir la primacía de Dios en sus vidas, a vivir la misericordia como expresión de la justicia divina y a comprometerse con la construcción de un mundo más justo. Entre los eventos destacados, además de ganar la indulgencia plenaria vinculada con el Jubileo, se encuentran la apertura de las Puertas Santas, los encuentros propios de una peregrinación y las celebraciones específicas para diversos grupos eclesiales. Para el Regnum Christi, esta es una oportunidad especial para profundizar en su misión evangelizadora y vivir el espíritu de comunión y sinodalidad que promueve el Papa Francisco.

En este tiempo especial se nos invita a centrar la vida en Dios, reconociendo su primacía y orientándose hacia Él. Además, se subraya que el llamamiento bíblico a la justicia social y al respeto por la tierra nace de una exigencia teológica: «Si Dios es el creador del universo, se le debe reconocer una prioridad respecto a toda realidad y respecto a los intereses creados». Es precisamente Dios quien confiere santidad a este año jubilar.