Llevo el ramillete de geranios rojos a María y le digo:
«¡Oh, clementísima y dulcísima María! Os presento hoy la mansedumbre; yo guardare la paz del corazón, y en el día malo
resistiré al ímpetu de la ira. Así te lo prometo; recibe esta resolución, acepta mi flor.» (Mes de María. Bto. Francisco Palau)
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