«Virgen humilde: Yo acepto de buena voluntad, como cosa merecida y debida, todos los desprecios, afrentas y humillaciones que me vengan, de cualquier parte que procedan. Yo no quiero pasar sino por aquello que soy: un pobre pecador. Recibid, Reina mía, este mi ramillete como emblema de mi humildad.» (Mes de María. Bto. Francisco Palau)
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