«Madre de todos los creyentes, ayudadme en mi incredulidad. Yo creo todo cuanto cree y manda creer nuestra madre santa la Iglesia. Yo me obligo, yo me comprometo a fomentar y cultivar esta flor con santas meditaciones: yo propongo estudiar y meditar los misterios y las verdades que me propone la Religión. Yo prometo vivir firme en la fe católica, y guardarla pura hasta la muerte.
Recibid, Señora, estos mis propósitos: aceptad esta flor y presentadla a Dios vuestro Hijo, verdad eterna.» (Mes de María. P. Palau)