Día noveno. Primeras Vísperas
Todas las virtudes de María son presentadas en sentido único, todas confluyen en un punto: su misión de corredentora, su cooperación voluntaria y eficaz en la salvación del género humano. La virtud, escribe Palau, es “Una cualidad que hace bueno al que la tiene y buenas todas sus obras”
𝗘𝗻 𝗺í 𝘆 𝗽𝗼𝗿 𝗺í 𝘃𝗲𝗿á𝘀 𝗮 𝗲𝘀𝗮 𝗩𝗶𝗿𝗴𝗲𝗻 𝗯𝗲𝗹𝗹𝗮 𝘆 𝗵𝗲𝗿𝗺𝗼𝘀𝗮. 𝗘𝗻 𝗠𝗮𝗿í𝗮 𝘃𝗲𝗿á𝘀 𝗼𝘁𝗿𝗮 𝗩𝗶𝗿𝗴𝗲𝗻 𝗽𝗼𝗿 𝗻𝗼𝗺𝗯𝗿𝗲 𝗜𝗴𝗹𝗲𝘀𝗶𝗮, 𝗘𝘀𝗽𝗼𝘀𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗖𝗼𝗿𝗱𝗲𝗿𝗼 𝗶𝗻𝗺𝗮𝗰𝘂𝗹𝗮𝗱𝗼.
Los niños miran a su madre con admiración, ven en ella una heroína que lo puede todo, es su modelo. Toda la belleza y hermosura de las madres se transmite y afecta la realidad de sus hijos, con su manera de ser, con sus gestos, con sus miradas, con sus virtudes. La Virgen María también nos quiere comunicar su belleza, nos quiere moldear el corazón, para que sepamos amar más y mejor.
María, Madre mía, quiero mirarte siempre para que me traspase tu bondad y así poder ser más bondadoso con los que vivo, con los que trabajo, con los que me encuentro, con mis amigos y familia.