Estamos invitados a acompañar a la hermana Maricris en su profesión de votos perpetuos. Aunque sea a distancia, espiritualmente.
Nuestra familia se pone de fiesta. Porque es motivo de alegría que una joven se decida a entregar su vida a la Iglesia, respondiendo a la llamada que reconoce como suya. Desarrollando y viviendo con radicalidad la consagración bautismal, en comunidad. Enfocando su vida en la misión, determinada a vivir en comunidad, pobre, casta y obediente a las inspiraciones de Dios.
La hermana se ha desplazado a su país de origen, Filipinas, para ultimar los preparativos para este acontecimiento. Desde allí nos llega la invitación, y vemos que la celebración tendrá lugar en Lucena, el día de la Virgen del Carmen, 16 de julio, a las 14:30 hora local – 8:30 hs. (España). Según llegan las noticias de Asia, se preve la transmisión en directo de este evento eclesial.
Ella misma nos confiesa:
Hacía mucho tiempo que esperaba tener este momento, hacer mi profesión perpetua. Incluso llegué al punto de que ya no me entusiasmaba hacerlo. Pero esta situación me enseñó que la fidelidad y la perseverancia es una decisión, aunque ya no haya entusiasmo, porque el compromiso no se hace en base a los sentimientos, sino que es una decisión que vivir por el resto de mi vida, con los altibajos, las luces y las sombras de la vida. La fidelidad es una decisión personal y una gracia de Dios.
Ahora bien, ese don y gracia no se sostienen por si mismos. En nuestras oraciones podemos ir encomendando a la hermana Maricris, que sea fiel al Señor en todo lo que emprenda. Bendiciones, hermana, gracias por la invitación.