Nuestra H. Pilar Berenguer Maciá nació en Callosa de Segura (Alicante) en el año 1929 de padres cristianos. Recibió los sacramentos de la iniciación cristiana en la parroquia de su pueblo.  Hasta el fin de su vida ha recordado con cariño y agradecimiento el haber tenido como maestra a una santa religiosa  y excelente pedagoga, H. Dolores Gangoiti de feliz memoria en la Congregación.

En el año 1950 ingresó en la Congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas e hizo su primera profesión religiosa en el año 1952. Ha vivido en ella emitiendo los votos perpetuos, celebrando sus Bodas de Plata y de oro a su debido tiempo hasta que el Señor el día 11 de diciembre se la llevo a vivir con El eternamente.

Se ha dedicado, recién profesa, al servicio del cuerpo dolorido de Cristo, en los enfermos, en la clínica de Gerona, seguidamente en las de Madrid, Amposta y Alicante.

Ha servido a la Congregación en cargos de confianza, varios trienios, como animadora local en 10 comunidades, como encargada de postulantes, secretaria y consejera provincial y general. Ayudó y acompañó a la entonces Animadora General Isabel Pérez Castiella, al traslado de la casa generalicia de Tarragona a Roma.  Fundadora en Paraguay y más tarde en Vancouver. En la Delegación de Chile como animadora local, secretaria, consejera y secretaria.

Ha amado a la Congregación y a todo su patrimonio, vivido la adoración a la Eucaristía y el amor a la Virgen en su Inmaculada Concepción tan fundamental en la vida cristiana, iniciado desde su infancia en su pueblo natal entonces, añadiendo el amor a su Patrón San Roque.

En los últimos días de su vida, el Señor la visitó con varias enfermedades, muchas limitaciones y conoció el próximo encuentro con su Padre Dios.

Con frecuencia se dirigía a un crucifijo que tenía en su habitación rezando  con devoción y recitando con todo fervor una poesía agradeciendo al Señor la  redención a los hombres y pidiendo su ayuda en los últimos momentos de su vida, para encontrarse con  El.

Hna. Pilar: Tu que ya gozas de Dios y de esa Madre a la que tanto has querido, acuérdate de tu familia en la que has vivido y amado, de la Iglesia, que tanto te ha dado y de la Congregación, para que siempre le alabe, le dé gracias y Le sirva en los hermanos, haciendo realidad el carisma de nuestro Padre Fundador.

 

La Comunidad