El Equipo de Pastoral Juvenil Vocacional de la Provincia nos comparte una reflexión orante para prepararnos, hermanas y laicos, a través de esta vigilia, a celebrar la Jornada de la Vida Consagrada. La Iglesia recuerda, cada 2 de febrero, en el marco de la festividad de la Presentación del Señor, esta vocación y forma de vida entregada al Señor. Puedes también descargar este contenido en pdf.

Momento orante vocacional

Somos «Peregrinos y Sembradores de Esperanza». El lema nos inspira a embarcarnos en un viaje espiritual y de autodescubrimiento, siguiendo los pasos de grandes figuras del Carmelo como Francisco Palau, Teresa Mira, Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Edith Stein y otros santos carmelitas.

Como peregrinas, estamos llamadas a explorar y discernir nuestro propósito y misión en el mundo, avanzando con fe y determinación.

En este camino, no solo nos acompañan estos santos, sino también jóvenes vocacionadas que, con entusiasmo y dedicación, buscan descubrir su lugar y misión en la vida. Inspiradas por la vida y el legado de estas figuras, cuyas experiencias de servicio y contemplación nos enseñan sobre el poder transformador de la fe y la esperanza, estos jóvenes son ejemplo de cómo la vocación puede ser vivida de manera plena y significativa.

Ser sembradoras de esperanza es nuestra misión, infundiendo esperanza y positividad en las vidas de quienes nos rodean, ya sea en la vida religiosa, profesional o en el ser- vicio comunitario. Al aceptar nuestra vocación, nos convertimos en agentes de cambio e inspiración, contribuyendo a un mundo más lleno de amor y esperanza.

En este momento, delante del Señor, queremos orar por aquellas personas que están siendo llamadas ahora por el Señor a seguir su camino. Pedimos que les conceda la misma disposición de María en su respuesta: ‘Aquí estoy Señor, hágase tu voluntad.’ En este acto de fe, buscamos la luz divina. A continuación, cantaremos ‘Sé mi Luz’.

SÉ MI LUZ, ENCIENDE MI NOCHE (3), MI NOCHE, SE MI LUZ.

El camino sin ti es tan largo y tu llanto acoge mi dolor.
Tu Palabra acalla mi miedo
y tu grito se expresa en mi canto. SÉ MI LUZ…

Guía: Preparémonos para recitar el salmo con la misma fe y devoción de aquellos que caminan con determinación. Nos recordará la fuerza y esperanza que acompañan el peregrinar hacia la gracia divina.

Antífona: «Peregrinas en camino, avanzamos con fe, guiadas por tu luz, Señor.»

Benditas sean las peregrinas, llenas de devoción,
Caminan firmes y juntas, con corazones valientes,
Siguiendo tus pasos, en profunda oración,
Sus almas se elevan, sus espíritus ardientes.

Antífona: «Peregrinas en camino, avanzamos con fe, guiadas por tu luz, Señor.»

Por senderos inciertos y montañas lejanas,
Ellas confían en tu guía, oh Eterno Pastor,
Su fe no se quiebra, en sus almas tú emanas,
Fuerza y esperanza, en su viaje de amor.

Antífona: «Peregrinas en camino, avanzamos con fe, guiadas por tu luz, Señor.»

Llegarán al destino, con lágrimas y sonrisas,
Donde la paz y la gracia abunden sin cesar,
Oh Señor, pliéguense tus promesas y tus maravillas,
Y en tu abrazo eterno, hallarán su hogar.

Lectura evangélicaMateo 13,3-9

Les habló muchas cosas en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, don- de apenas tenía tierra, y como la tierra no era pro- funda brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otra cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron. Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra, treinta. El que tenga oídos, que oiga».

Reflexión: Francisco Palau nos enseña que la Iglesia no es solo una estructura, sino un misterio de comunión: Dios presente en cada persona y en la humanidad entera. Como peregrinas, llevamos en el corazón el deseo de construir una Iglesia viva, que sea signo de esperanza para el mundo. Como sembradoras, extendemos nuestras manos para plantar semillas de fe, amor y unidad, sabiendo que el crecimiento viene de Dios.

  • ¿Cómo puedo vivir mi vocación como peregrina mientras colaboro con la comunión dentro de la Iglesia?
  • ¿De qué manera mi vocación me llama a construir una Iglesia que sea signo de esperanza?
  • ¿Cómo extiendo mis manos para sembrar semillas de fe, amor y unidad como parte de mi vocación?
  • ¿Qué aspectos de mi vocación me ayudan a reconocer que el crecimiento viene de Dios?

Guía: Recordando que Dios está presente en todos, presentamos nuestras peticiones con humildad y confianza. En este momento, abrimos nuestros corazones sabiendo que el crecimiento y la gracia vienen de Él.

  • Para que el Espíritu Santo, por intercesión de María, ilumine los pasos de los que buscan sinceramente a Cristo, Buen Samaritano. Oremos
  • Por todos los jovenes, para que respondan generosamente a la llamada de Cristo, acogiendo en su corazón la radicalidad del mensaje evangélico. Oremos
  • Por quienes peregrinan con corazones heridos, para que encuentren consuelo y fortaleza en Ti. Oremos
  • Por cada uno de nosotros, para que, como Francisco Palau, vivamos con pasión nuestro llamado a servir a la Iglesia. Oremos
  • Por las personas que trabajan con jóvenes en el fomento vocacional. Dales fuerza y sabiduría para inspirar a los jóvenes a descubrir su vocación con alegría. Oremos

Guía: Elevemos al Padre eterno, sustento de toda vocación, la oración que su hijo, Jesucristo, nos enseñó:

Padre nuestro…

Guía: Inspirados por el ejemplo de Francisco Palau, reconocemos la importancia de sembrar semillas de amor y fe en cada rincón del mundo. Confiamos en que Dios, en su infinita misericordia, hará crecer estas semillas en vocaciones llenas de dedicación y servicio. Aprovechemos este momento sagrado para unir nuestras voces y corazones en una sincera oración por aquellos llamados a servir en la Iglesia y en la comunidad:

Señor, humildemente acudimos a ti con fe y esperanza confiada para pedirte nos des nuevas vocaciones que sepan responder a tu llamada de amor y entrega total al servicio de tu Iglesia, y así ser continuadoras del carisma de Francisco Palau, nuestro fundador. Te lo pedimos por intercesión de tu Madre María, Reina del Carmelo y San José su esposo, protector de nuestra Congregación. Amen.

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