Hemos llegado al séptimo día de la novena palautiana y de nuevo nos encontramos.
Necesariamente, descubrir el amor y su poder saludable y salvífico lleva al deseo de hacer a los demás partícipes de esta gracia. El camino que estamos haciendo junto a Francisco Palau hoy pide respuesta. Consciente de la propia fragilidad, te invito a contagiar el bien recibido, a ser fuente de agua fresca para los sedientos, de ser bálsamo para las heridas de los que se encuentren en tu camino. De anunciar con la vida la buena noticia, el Evangelio de Dios que se hace cercanía y ternura.
La ternura y el sentido de íntima comunión con todos los seres creados son reales solo si hay en mí ternura, compasión y preocupación por las personas. Si hay una preocupación por el medioambiente, un amor sincero hacia los prójimos y un constante compromiso ante los problemas de la sociedad.
Así que recuerda:
- Mira con ternura. Reconoce la interconexión de toda la realidad creada.
- Reconoce la herida y la manera de curarla.
- Sal al encuentro.
- Recibe y agradece el regalo de la amistad, la cercanía, la inesperada conexión con el otro.
- Implícate en los ámbitos en los que estés en la regeneración de la vida, en hacer realidad una vida plena para todos.
- Sé hermano, hermana de toda la creación. Ama.
- Y bendice. Siempre bendice…
“Marcha, predica al mundo el perdón y la remisión de sus pecados.” MR 1,20
“No puede ser real un sentimiento de íntima unión con los demás seres de la naturaleza si al mismo tiempo en el corazón no hay ternura, compasión y preocupación por los seres humanos… Se requiere una preocupación por el ambiente unida al amor sincero hacia los prójimos y a un constante compromiso ante los problemas de la sociedad” (LS, n. 91).
DÍA 7º.- MARIA, REINA DE TODO LO CREADO, SEÑORA DEL UNIVERSO, MADRE DE MISERICORDIA