Día quinto

𝗠𝗲 𝗵𝗮𝗹𝗹𝗮𝗿á𝘀 𝘀𝗼𝗹𝗶𝘁𝗮𝗿𝗶𝗮 𝗲𝗻 𝗹𝗼𝘀 𝗰𝗹𝗮𝘂𝘀𝘁𝗿𝗼𝘀, 𝗱𝗲𝘀𝗶𝗲𝗿𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝗲𝗿𝗺𝗶𝘁𝗮𝘀 𝘆 𝗽𝗮𝘀𝘁𝗼𝗿𝗮 𝗲𝗻 𝗺𝗲𝗱𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝘂𝗲𝗯𝗹𝗼𝘀, 𝗽𝗲𝗿𝗲𝗴𝗿𝗶𝗻𝗮 𝗲𝗻 𝗹𝗼𝘀 𝗰𝗮𝗺𝗶𝗻𝗼𝘀 𝘆 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝗲𝗻 𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀 𝘆 𝗲𝗻 𝘁𝗼𝗱𝗮𝘀 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲𝘀 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗰𝗮𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗲𝗷𝗲𝗿𝗰𝗲 𝘀𝘂𝘀 𝗮𝗰𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝗳𝘂𝗻𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀.

El Carmelo se caracteriza por la experiencia profunda del desierto, en el cual te encuentras contigo mismo, lejos de los ruidos y de las prisas, donde enfrentas tus miedos, sombras, sueños, tu verdad más honda, porque es necesario conocernos, reconciliarnos y sanar. Sanar para llevar la sanación a los demás…

Palau buscaba siempre estos espacios de intimidad con la Iglesia, donde desahogaba su corazón, donde fortalecía su vocación para acompañar la Iglesia llagada. Todo, para luego salir como pastor, caminando junto a los que sufren, procurando su bien, traduciendo el amor en actos concretos.