Día sexto

𝗔 𝘂𝗻𝗮 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗿í𝗼 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗯𝗮 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮 𝗩𝗶𝗿𝗴𝗲𝗻 𝗺𝗶𝘀𝗶𝗼𝗻𝗲𝗿𝗮, 𝗱𝗲𝘀𝗽𝗹𝗲𝗴𝗮𝗱𝗼𝘀 𝗮 𝘂𝗻 𝗹𝗮𝗱𝗼 𝗲𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼 𝗽𝗲𝗻𝗱ó𝗻 𝗲𝗹 𝗱𝗲𝗰á𝗹𝗼𝗴𝗼 𝘆 𝗮𝗹 𝗼𝘁𝗿𝗼 𝗹𝗮𝘀 𝗮𝗿𝗺𝗮𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗖𝗮𝗿𝗺𝗲𝗻.

María, mujer que se interesa por los demás, quien está atenta a las necesidades y preocupaciones de otros, quien camina aún embarazada para acompañar a su prima anciana que está por dar a luz, mujer con una sensibilidad por los que sufre, mujer misionera porque se dejó habitar y guiar por el Espíritu, porque en todo anunció con su manera de ser al Emanuel, porque con ella fue posible que Dios fuera Con- Nosotros.

Envíame, Señor, dónde, cuándo y cómo Tú quieras, a ser mensajero de paz, de justicia, de Buena Nueva para otros que la pasan mal, que han perdido la esperanza y la fe.