La exhortación apostólica Amoris laetitia no busca proponer un “ideal” de familia, sino que quiere confirmar con fuerza su rica y compleja realidad. En sus páginas se descubre una mirada abierta, profundamente positiva, que no se nutre de abstracciones o proyecciones ideales, sino de una atención pastoral a la realidad. El documento proporciona numerosas sugerencias espirituales y consejos de sabiduría práctica, útiles a todas las parejas humanas y a las personas que desean construir una familia. Se ve, sobre todo, que es fruto del trato con personas que saben por experiencia qué es la familia y qué implica vivir juntos por muchos años. La exhortación habla, de hecho, el lenguaje de la experiencia.
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