En la localidad de Torrevieja, comunidad de La Purísima, el día 28 de agosto de 2019, falleció nuestra Hermana Encarnación González Zaragoza

Breve recorrido por su historia

La Hna. Encarnación González Zaragoza nació el día 1 de noviembre de 1928 en Alicante  aunque ella  consideraba su pueblo natal,  GUARDAMAR

Respondiendo a la llamada del Señor ingresó en la Congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas, realizando sus primeros pasos en el postulantado de Tarragona. Seis meses después continuó el noviciado en la misma ciudad donde hizo su primera profesión religiosa el día 15 de noviembre de 1963.

Toda su vida religiosa fue dedicada a múltiples atenciones, tanto en el cuidado de los enfermos, en las distintas comunidades donde fue destinada: Perpetuo Socorro (Alicante) Huelva, etc., como en otras actividades: Centro de Espiritualidad en el Desierto de la Palmas En Palencia, dedicada a las jóvenes universitarias y a la comunidad.  Fuera de España, en Chile donde también prestó sus servicios. Sus últimos años que fueron muchos (más de 20) en Torrevieja (Residencia de ancianos) dedicada al servicio de los mayores y atención en Portería hasta que su enfermedad se lo impidió, siguiendo siempre  las directrices de los superiores con espíritu de obediencia. Es de destacar la buena relación que tenía con el personal y las familias de los ancianos quienes la recuerdan con especial cariño y gratitud.

Día a día hemos podido experimentar su abnegación en el trabajo, espíritu de servicio y colaboración, su fortaleza en el sufrimiento durante los largos años de su enfermedad, respondiendo siempre con la sonrisa en los labios a la pregunta ¿Cómo estás Encarnita? ¡¡Yo, muy bien!! y esto hasta el momento de su muerte. Amaba a su comunidad con quien quería estar siempre y compartirlo todo. Se sentía plenamente feliz en el seguimiento de Jesucristo.

Por razón de salud tuvo que pasar a la Residencia de mayores donde tuvo una atención exquisita tanto por parte del personal sanitario como de las Hermanas que le han acompañado continuamente.

En la madrugada del 28 de agosto, memoria de San Agustín, descansó en los brazos del Señor a sus 90 años en total amor y servicio a la Iglesia.

Gracias, H. Encarnita, como cariñosamente te llamábamos, por tu testimonio de vida. Estamos seguras de tener en el cielo una intercesora que reza por sus hermanas y por la Congragación que tanto querías. DESCANSA EN PAZ.