Acogida, alegría, participación, compartir, pueden resumir la experiencia de la celebración de la Eucaristía de bienvenida a los universitarios que inician sus estudios en Viseu. La Iglesia del Carmen recibió ayer a unas 120 personas: alumnos, profesores y trabajadores de los diferentes centros de Enseñanza Superior, en esta celebración preparada con ilusión por el Equipo diocesano, en el que está la h. Manoli como coordinadora. No faltaron miembros de la Ordem Tercera que quisieron apoyar con su presencia este inicio de las actividades por primera vez desde hace muchos años, a nivel diocesano.
En un corazón concentramos la experiencia de este momento. Jesús presente en él, y un mensaje de paz y esperanza que cada uno escribió, y ofreció, para después ser destinado a otra persona.
D. Ilídio, que presidió la Misa, recordó con humor que São Lucas fue el primer novato en la Facultad de Jesús Maestro, hasta conseguir su «licenciatura». Y que nuestro mejor título es ser sus discípulos. Tuvo palabras de agradecimiento para la Pastoral de este ámbito, en el inicio de su andadura, y animó su labor. Es de resaltar que D. Ilídio se encuentra muy debilitado por su enfermedad, (de hecho el Vaticano ha aceptado su renuncia). Su presencia en esta tarde testimonió sin palabras su apoyo y cercanía.
Hubo naturalmente un recuerdo orante y emocionado por las víctimas de los incendios, tragedia que pesa grandemente en el país y en nuestro distrito, y que pudo haber condicionado la asistencia a esta Eucaristía.
Quedó en el ambiente la alegría del encuentro, el corazón para llevar, el aviso de la próxima actividad: encuentro de oración.
Y en mí las palabras inesperadas de una estudiante de Enfermería: «Gracias por esta Misa. No imagina el bien que me ha hecho». Nos volveremos a encontrar, sin duda.