Llevo mi ramillete de alhelíes blancos a María y le digo:
“Madre virgen la más pura entre las criaturas, recibid este ramo en flor: os doy un corazón resuelto, determinado y dispuesto a guardar castidad dentro de las
reglas de la templanza y de las leyes de mi estado o profesión: recibid, purísima doncella, recibid esta mi flor, y a vuestro maternal cuidado confío la planta
destinada a producirla: cuidadla bien.” (Mes de María. Bto. Francisco Palau)