ORANDO POR ELLOS
a la persona, con amor, creaste,
pero al descubrir lo que con muchos se hace,
el corazón del que ama se parte.
Mis ojos, con una fotografía
se han cruzado
y al ver a esa niña
mi corazón se ha desgarrado.
¡Cómo puede ser Dios mío!
atada y con la boca silenciada,
viendo está como por ella,
para hacerla daño, es pagada,
¡Tantos José y Marías!
devuélveles, por favor, la dignidad,
regálales de nuevo el amor,
la familia y el don de la libertad.
María, Madre de todos,
arrópalos con tu manto,
hazlos fuertes en esos duros momentos
y no permitas que sufran tanto.
A los que pagan por ello
y hacen tanto mal,
tócales el corazón, María,
para que todo llegue a su final.
Oye, Madre, el grito silencioso
de los que cada día están sufriendo,
abrázalos en su alma
para que se vayan sosteniendo.
Jesús, a Ti, que también te vendieron,
y otros te compraron,
en una cruz acabaste
y de tu Madre, también te separaron.
Cuida de todos ellos
devuélveles todo lo que les han quitado,
haz que se sientan siempre,
cada uno, por Ti amados.
Eres la luz y luz les darás,
eres la vida y sus vidas les devolverás,
eres el infinito amor,
y siempre, Tú, les amarás.
haz que esto se acabe,
entra en el corazón de quienes lo hacen,
y pide al Padre que nadie ya pague.
La vida es un regalo
que nadie le puede poner precio,
es un don maravilloso de Dios
y nadie se merece ese desprecio.
Me estremece el pensar
que como esta niña otros muchos están
y también como ella
han perdido su dignidad.
El boli no puede expresar
lo que ahora siente mi corazón,
y ni desde el hondón de mi alma
se explicarlo yo.
Sólo te digo, Dios mío,
por favor, ¡BASTA YA!
Que todo esto pueda acabar,
y los hombres, de todo el mundo,
nos sepamos amar.
Arrópalos con tu manto,
Santa maría del Adviento,
acaríciales con tus manos,
y no les dejes ni un momento.
Si tienen frío,
dales tu delicado manto,
si tienen hambre,
sáciales, Madre, con tus abrazos.
Señor, millones de personas en la trata,
y para muchos desconocido es,
a ti, Dios, te pido con insistencia
que se ponga remedio en este hacer.
María Teresa Mateos Timón cmt
El Vendrell-29 noviembre 2020
Por quienes son víctimas del egoísmo y la injusticia: un recuerdo y una oración. Por quienes sufren persecución a causa de sus ideas, de su credo religioso, de su cultura diferente: un recuerdo y una oración.
Por los pueblos empobrecidos a causa de la ambición de otros países: un recuerdo y una oración.
Por las mujeres vulneradas y violadas como arma de guerra: un recuerdo y una oración. Por los niños y niñas a los que se les roba su infancia con trabajos inhumanos: un recuerdo y una oración.
Por las personas, las familias que viven sin hogar, que sufren para pagar unas hipotecas desproporcionadas sus posibilidades: un recuerdo y una oración. Por aquellas personas para quienes el hambre es su pan de cada día: un recuerdo y una oración.
Por las personas ancianas que viven en soledad y abandono: un recuerdo y una oración. Por las personas que están en el paro forzoso, que no encuentran trabajo ni un salario suficiente: un recuerdo y una oración.
Por quienes tienen que salir y desarraigarse de sus países de origen en busca de posibilidades de una vida digna: un recuerdo y una oración. Por quienes se agarran sin esperanza a los barrotes de la cárcel, por los que son torturados: un recuerdo y una oración.
Somos una única familia en el mundo, los seres humanos, hijos de Dios, nuestro único Padre que nos abraza a todos, aunque no le conozcamos, aunque le llamemos de diversas maneras, aunque neguemos su existencia. Unidos, pues, a todos los hombres y mujeres del mundo, en su dignidad de personas e hijos e hijas de Dios, oramos como Jesús de Nazaret nos enseñó:
(Reza lentamente un Padre nuestro, un Ave María y un Gloria por cada víctima, por cada familia)
Padre de todos, te damos gracias
porque todos los hombres, mujeres y niños
nacemos libres e iguales en dignidad y derechos.
Ayúdanos a vivir en tu presencia
como hermanos y hermanas.
Señor Jesús,
llegaste entre nosotros como uno más
y no te aceptamos.
Todavía hoy, en muchos países,
a multitud de nuestros hermanos y hermanas
se le niegan sus derechos humanos.
Tú sigues siendo crucificado en ellos.
Perdónanos y sálvanos.
Espíritu Santo,
luz de nuestros corazones,
ven y enséñanos la sabiduría
que nace de nuestra dignidad de hijos e hijas de Dios.
Danos poder para crear
un mundo donde quepamos todos.
Señor, ya que nacemos seres libres,
deja que permanezcamos libres
hasta que retornemos a Ti.