Como Comunidad del Sagrat Cor, El Vendrell, Tarragona, nos seguimos preguntando qué podemos hacer para darle continuidad a esta causa de Trata de Personas, de cómo ser “esa gota en el mar” que colabore en la liberación y atención de las más de 40.000.000 de víctimas. Seguimos soñando ideas, proyectos, propuestas que puedan brindar a cada víctima el calor de hogar, de familia.

No les olvidamos, no podemos, nuestra conciencia y corazón de CMT no nos lo permite. Sabemos que miles siguen gritando desesperados, que esperan ser rescatados, que suplican a Dios que ya no les hagan daño. Y queremos seguir colaborando en esta obra, que es de Dios, sus hijos, hermanos nuestros todos.

Porque deseamos hacer “algo más”, como comunidad, nos ponemos a la escucha del Espíritu, para que sea Dios mismo quien nos inspire el “por dónde” o qué de esta causa.

Para ello, nos hemos propuesto, cada domingo de 21 a 23 hs, orar por las Víctimas de esta mostruosidad y por este proyecto. Sabemos que la oración puede grandes cosas e interceder es nuestra misión. Lo hacemos con el corazón abierto, conscientes de nuestras pobrezas y fragilidades.

De igual forma, de manera libre y generosa, queremos invitar a todas las comunidades y familias de nuestra Provincia Francisco Palau, y porqué no, para toda la congregación, a unirse en vigilia y oración, junto a nosotras, por esta causa. Encontrémonos junto/as luchando por quiénes están sufriendo tanta atrocidad. Cada domingo de 21 a 23hs. El ratito que cada uno/a pueda en esa franja horaria.

Para quién le ayude, cada semana iremos subiendo un subsidio orante, que nos ayude a entrar en sintonía con el tema y contactar con el dolor y clamor de las víctimas.

Compartirles un testimonio que nos mueve a seguir diciendo si, dentro de nuestras posibilidades.

(Testimonio de la madre de un oficial)

“No hay peor dolor para una madre que ver morir a su hijo… Una quisiera ser la que muera para que su hijo tenga vida, los hijos deben enterrar a sus padres, no al revés. Tengo el corazón destrozado, mi único hijo, mi bebé, mi orgullo. Cada vez que me llamaba y me decía mamá reza por nosotros hoy, tenemos un operativo difícil, mi corazón se cerraba de angustia. Deseaba que eligiera otra cosa para su vida, empresario, verdulero, maestro, cualquier cosa menos policía de ese departamento.

Las últimas llamadas eran mamá rescatamos a 100 a 200 etc., y veía su emoción y su gozo comprendí que esa era su vida, que no le importaba arriesgarse por la vida. En eso encontraba el sentido de su vida y siempre le decía a su hijo: ¡¡¡hijo te amo!!! Si un día muero ten la certeza de que estaré haciendo lo correcto, hay que ser honrados y luchar por la vida siempre.

Hoy nos parte el alma despedir sus restos. Estoy orgullosa de mi hijo y de su enorme corazón

Ojalá Dios nos lo hubiese dejado más tiempo, pero fue lo suficiente para que nuestras vidas sean distintas

Su hijo tiene 18 años y dice que, en honor a su papá, él quiere ser policía.

Dígale a esa joven, a Ángel y su gente, mi hijo me habló de ella, aunque no la conocía, que no bajen los brazos, que la mejor forma de honrar a estos hombres y mujeres y de que valga la pena nuestro dolor es seguir luchando por tantas vidas… Es la causa del pueblo, de las naciones, aunque silenciosa, grabada en nuestros corazones”.

 

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