Día 2.- Invitados a amarnos a nosotros mismos por lo que tenemos de Dios, por ser imagen de Dios mismo, y por el mismo motivo amar al prójimo, amarle con todo lo que es, con su «mochila», con su forma de ser. Sólo desde el amor se puede conseguir la felicidad del uno mismo y la del prójimo. (aagullo, cmt)
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