CELEBRACIÓN FIESTA DE NUESTRO PADRE

FUNDADOR, BTO. FRANCISCO PALAU

 

MONICIÓN DE ENTRADA

Hermanos, en este momento somos invitados a hacernos conscientes de la presencia de Dios en nosotros.

En la Carta nº 1, el Padre Francisco Palau nos exhorta: Entra en el templo de tu alma; ponte allí en silencio y escucha la voz de Dios… que, desde el fondo de tu corazón, te habla siempre”.

Nos hacemos conscientes de estar reunidas bajo la mirada amorosa de Dios, la cual por sí misma es capaz de transformar, renovar nuestro interior y recrear los lazos de fraternidad que nos unen como miembros de una misma familia.

Queremos pedir hoy al Señor que venga y habite en nuestro mundo, que habite en nuestras comunidades, que renazca en ellas con toda su gracia, que nos haga mujeres que invitemos con nuestra vida a la reconciliación, mujeres constructoras de comunión fraterna.

Nuestro Padre Fundador nos dice:

“Estando unidas marcharéis juntas, encadenadas con las cadenas del amor a Dios. Marcharéis por un mismo camino…” (Carta nº 7)

“Si hay amor de caridad entre vosotras, ¡Cuán dichosas seréis!” (Carta 13,5).

“Estaréis todas las Hermanas unidas las unas con las otras en Dios, con los vínculos sagrados de la caridad” (Leg. 1,21)

Comenzamos este momento de oración, con este canto y deseos (compromiso)

Canto:  Sólo sólo amor, sólo el amor,

            da valor a las cosas el amor (bis).           

  • Señor no quiero pasar de lejos ante el hombre herido en el camino de la vida.
  • Quiero acercarme y contagiarme de tu compasión.
  • Veo en el Padre Francisco Palau como supo seguir tu ejemplo, comprometiendo su vida al servicio de los más necesitados.
  • Quiero Señor emplear mis fuerzas en expresar tu ternura, para ofrecer el aceite que cura heridas, el vino que recrea y enamora.
  • Como al buen Samaritano, hazme a mi tener tus mismos sentimientos, para no dar nunca ningún rodeo ante el hermano que sufre, sino hazme compañero de sus dolencias, para ser, como Tú, ilimitadamente bueno, y pasar por el mundo haciendo el bien y curando las dolencias de los que sufren.

Canto:  Sólo sólo amor, sólo el amor,

               da valor a las cosas el amor (bis).

Nuestro corazón, aunque es de carne, a veces se endurece un poco. En unas ocasiones es por miedo al dolor. En otras por la propia historia, que nos hace fríos o inseguros. Pero, al final, es de carne, vibra y se estremece o se enamora, es corazón amante y amigo y hermano y prójimo. Solo así aprendemos a acoger, a acompañar, a estar dispuestos para cuidar a otros, a muchos, ojalá a todos… Y ahí, en la ternura, somos de verdad personas, humanos e imagen tuya, Señor.

SALMO

Es bueno darte gracias, Señor, de todo corazón,

y cantarte con gozo cada día.

Es bueno proclamar cada mañana tu lealtad

y por la noche decirte que me has querido.

 

Es bueno decirte que tus acciones, Señor,

son mi alegría y mi esperanza.

Es bueno decirte que las obras de tus manos,

son júbilo y fiesta para mí.

 

Te doy gracias por el don maravilloso de la vida,

por el don entrañable del bautismo,

por el don precioso del espíritu,

por el don precioso de tu Palabra,

por el don único de tu Pan de Vida

 

 

¡Qué grandes son tus obras, Señor!

¡Qué profundos tus designios!

¡Qué grandes son tus proyectos para nosotros!

Es bello vivir, siendo Tú, mi centro.

Es bello vivir, siendo Tú, mi vida.

 

Muchos no te conocen, Señor, y me dan pena.

Muchos no saben que Tú eres Padre

y que nos quieres a todos con ternura.

Tú eres grande para siempre.

Tu amor me inunda y me hace feliz.

 

Es bueno darte gracias, Señor,

y cantar de gozo cada día.

Es bueno abrir el corazón de par en par,

y dejar que tu luz, inunde de paz toda la vida. Amén.

Como un signo de renovación de nuestra fe en este misterio de comunión: Dios y los prójimos, que nos recuerda que formamos una sola familia en Cristo, hacemos nuestras las palabras del CREDO ECLESIAL del Padre Francisco Palau, y oramos diciendo:
  1. Creo que existes y que tú eres el objeto único de amor designado por la ley de gracia “amarás”
  2. Creo que tú eres Dios y los prójimos
  3. Creo que todos los prójimos forman un cuerpo bajo Cristo, su cabeza.
  4. Creo que donde está Cristo está la Iglesia… un solo reino, una sola familia, un cuerpo unido con lazos más fuertes que los del cuerpo material por ser Dios, Él mismo, el Espíritu que hace en Él lo que el alma en el individuo.
  5. Creo que este cuerpo se llama Iglesia
  6. Creo que la Iglesia es una belleza inmensa… el único objeto de amor del corazón humano.
  7. Creo que tú, Iglesia, tienes Espíritu y vives, entiendes y amas, hablas, oyes y ves.
  8. Creo que puedes corresponder con amor a tus amantes.
  9. Creo que en ti el amor es el Espíritu Santo, Persona Tercera de la Trinidad, que te da vida, movimiento, virtud, gracia y gloria.
  10. Creo que en ti, por ti y contigo obra Dios Trino y Uno y fuera de ti no hay salvación ni felicidad.

OREMOS: ¡Oh, ¡Dios, Padre omnipotente y misericordioso! Te damos gracias…

HimnoComo Apóstol de Cristo en su Iglesia …

 

DESCARGA LA CELEBRACIÓN