En la comunidad San José de Palencia, el día 26 de septiembre de 2019, descansó en el Señor, nuestra hermana Ana Santamaría Molinero

 Breve recorrido por su vida

La Hna. Ana nació en 1931, en Huerta de rey, Burgos; en una familia de varios hermanos.

En el seno familiar empezó a conocer a Jesús y a descubrir que El merecía la pena. Al despertarse en ella la vocación a la vida religiosa no dudó en dejarlo todo por seguir la llamada de Jesucristo y entregar su vida al servicio de Dios y los hermanos.

Tras madurar su opción decidió ingresar e la congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas. En 1958 ingreso en el postulantado de Amorebieta, contaba la Hermana 27 años. El noviciado lo inició en Tarragona, pero tuvo que salir por un tiempo y reingresar de nuevo, lo que alargo el período de formación, hasta 1961.  Haría la primera profesión en Amorebieta y pasaría a formar parte de esta comunidad por espacio de dos años.

La Hermana desarrollo su misión en varios lugares de la geografía española. Estuvo destinada en El Vendrell, colegio; Benabarre, colegio igualmente; en Madrid, en el Equipo quirúrgico de Vallecas y el Equipo quirúrgico de Ntra. Sra. del Carmen.

En 1973 fue enviada a la clínica Ntra. Sra. de Begoña, Gijón donde permaneció por espacio de 35 años. Aquí desplegó la Hermana su actividad misionera en la farmacia.

Ana era una mujer pacífica, de mucha relación y muy religiosa. La farmacia fue para ella su lugar de misión y de realización personal y profesional. La comunicación con todas ls personas que se acercaban para pedir medicamentos era el medio para entrar en contacto con la gente y desarrollar su misión.

También en la vida de comunidad mantuvo su talante pacífico de cercanía y fraternidad.

Al cierre de esta comunidad pasó a las Moradas, Palencia, Comunidad de Hermanas mayores y posteriormente a la enfermería de la residencia de Palencia. Allí llevó sus achaques sin dejar de participar, en lo que podía, en los actos comunitarios.

Últimamente repetía, “quiero que el Señor me lleve con El”, lo cual se realizó el 26 de septiembre de 2019.

Tras una breve hospitalización Ntro. Señor que es “buen pagador” abrió su corazón de misericordia a H. Ana para ser su recompensa por toda la eternidad.