Breve recorrido por su historia
La H. Margarita nació en Lorca (Navarra), el año 1937. Recibió los sacramentos del Bautismo y Confirmación en la Iglesia del Salvador, de su pueblo
En el año 1963 ingresó en la Congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas. Hizo su Profesión Perpetua en el año 1971
«Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad». Son las palabras que H. Margarita ha ido repitiendo a lo largo de su vida, en las distintas situaciones por las que ha pasado.
Dijo Jesús: «Las obras que hago son las que dan testimonio de Mí». A H. Margarita la podemos conocer también por sus obras. Ella se entregó por entero a la misión que la encomendó la obediencia al servicio de los enfermos. Su primer destino fue a Francia, donde trabajó en las Clínicas de Narbonne, después en la de Toulón, de esta comunidad fue nombrada Superiora, y años más tarde fue destinada a Montpellier, Clínica S. Jean. En todo momento se destacó por su entrega y generosidad.
En 1993 vino a Valls, para incorporarse a la Pastoral Socio-Sanitario que las hermanas llevaban a cabo en la primera fundación en esta localidad. Más tarde prestó también su solícito servicio a los residentes de la Tercera Planta de esta Residencia «Santa Teresa». Servicio que realizó con responsabilidad, cuidado y esmero, para que no faltara nada de lo necesario, a todas las personas que le estaban encomendadas.
Para atender a situaciones familiares, se sintió obligada a pasar unos años junto a su familia, demostrando en todo momento mucha fortaleza ante las situaciones que tuvo que afrontar.
En Los últimos meses de su vida se ha visto especialmente probada por el dolor y la limitación. Ella que se había entregado por entero a los demás, ha tenido ocasión de experimentar las atenciones, el cuidado y el aprecio de todo el personal de esta casa.
H. Margarita supo prodigar Amor a todos. Partió y repartió sus talentos con los más necesitados, las personas privadas de salud y de autonomía. Ella cumplió así su misión repitiendo en su vida y con las obras, lo que había prometido a Dios: ‘aquí estoy Señor, para hacer Tu Voluntad».
Querida H. Margarita, goza de Dios eternamente y sigue ayudándonos desde el Cielo.