UNA VIDA ENTREGADA AL SERVICIO DE LA IGLESIA

 Hoy despedimos a nuestra Hna. Palmira y damos gracias a Dios por su dilatada y entregada vida. Reconocemos con gratitud que ha sido un regalo inmenso para cuantos la hemos conocido y querido. Con esta afirmación iniciamos esta Eucaristía que quiere ser un adiós y un canto de esperanza y agradecimiento por haber compartido con ella nuestra vida y nuestra misión. Ella ha sido para todos los que la hemos conocido testimonio del amor de Dios y de entrega afectuosa y desinteresada a su familia, comunidad, Congregación, amigos… Ella supo crear relaciones de amistad que no quedaron en el olvido y que siempre ha llevado en su corazón.

Hna. Palmira nació en Vega de Liébana, Cantabria, el 6 de enero de 1926. Recibió y acogió la llamada del Señor ingresando en nuestra congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas y haciendo su profesión Religiosa el día 15 de mayo de 1955 en Tarragona. Una larga vida de entrega, amor, servicio… que es imposible resumir en esta sencilla comunicación.

Muchos destinos han conocido el despliegue del amor de H. Palmira, especialmente entre los enfermos y personal sanitario quienes le han mantenido siempre en su recuerdo y cariño que ella siempre agradeció. En Amposta dedicó gran parte de su vida: En 1966 hasta 1975 en su servicio sanita rio en la Policlínica, hoy Hospital Comarcal; nuevamente en 1979 hasta 1992 en la misma clínica y en 2005 fue destinada a nuestra comunidad Sagrat Cor. Su entrega y servicio se extendió mucho más allá dedicando su servicio en Cáritas, colaborando en nuestra ONG EDUCAS con sencillas aportaciones manuales que compartió con nuestros alumnos.

Así sencillamente, sin grandes manifestaciones, su amor se ha ido desplegando ante todos los que se han relacionado con esta gran mujer, con esta excelente hija del Padre Palau, cuya fiesta celebramos hoy, que a lo largo trayecto de su vida nos ha enseñado lo que es AMAR Y ENTREGARSE A LA IGLESIA.

Te damos gracias, H. Palmira por tu testimonio, por el paso de tu vida por nuestra comunidad. Hemos sido testigos en esta última etapa de tu vida de tu paz, serenidad, aceptación de las limitaciones propias de la edad llevadas con alegría, de la acogida a cuantos te trataban, de tu agradecimiento ante cualquier pequeño servicio…

El día 6 de noviembre, en la comunidad “Sagrat Cor” de Amposta, entregó su alma a Dios. Como Francisco Palau, podía decir: “Acabada esta vida te dejarás ver sin velos y a cara descubierta, y viéndote te poseeré yo a ti y tú a mí, y los dos seremos eternamente una misma cosa.” (Bto. Francisco Palau, MR. 4,6).

¡GRACIAS POR TU SENCILLA Y LARGA HISTORIA DE AMOR!

Has cumplido fielmente la voluntad de Dios en tu v id a. Su gracia no ha sido estéril en ti, su gracia siempre te ha acompañado. Gracias H. Palmira por tu ejemplo de sencillez, de cercanía, de entrega al servicio de la Iglesia.

Sigues estando en nuestro recuerdo y sabemos que tú nos tienes en la presencia de Dios. Descansa en PAZ.

 

Has cumplido fielmente la voluntad de Dios en tu vida. Su gracia no ha sido estéril en ti, su gracia siempre te ha acompañado. Tu dilatada vida ha sido un regalo inmenso para cuantos te hemos conocido y querido. Gracias H. Palmira por tu ejemplo de sencillez, de cercanía, de entrega al servicio de la Iglesia.

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