EL CARISMA ECLESIAL DE FRANCISCO PALAU

BROTA DE LA EXPERIENCIA FUNDANTE CON LA IGLESIA

La eclesialidad palautiana es un estilo de vida, un carisma, una forma de ser y estar, de vivir como consagradas y como cristianos aquello que es medular en nuestra vida: La pasión por Dios y los prójimos en unidad.

«Si Dios al crear el corazón humano sopló sobre él, le inspiró el amor, le mandó amar; si está fabricado para amar y ser amado, al mismo tiempo le designó, le manifestó y le reveló el objeto de su amor que es Dios y sus prójimos…

– Yo pensaba que eran objetos separados: no pensaba que Dios y los prójimos fueran cabeza y cuerpo, no creía que la Iglesia fuese mi Amada, no pensaba fueses cosa viva, distinta, ni una entidad o realidad de por sí existente» (MR 22,19).

En Mis relaciones con la Iglesia deja esbozada la trayectoria histórica de la gran amistad que marcó su vida: el amor hondo y apasionado por su Amada, la Iglesia, experiencia mística, sintiendo el fuerte atractivo de su belleza incomparable y descubriéndola como Dios y los prójimos en el encuentro decisivo y luminoso a partir de 1860-1861. Palau enfoca retrospectivamente su vida espiritual.

 

Motivación y finalidad

Palau escribe para sí y en los momentos en que más necesidad tiene de la presencia de la Iglesia como Amada. Escribe en forma oracional, plástica y simbólica, aunque el cuaderno también contiene partes estrictamente doctrinales, que son como afianzamiento de su ortodoxia y adhesión al contenido de la fe revelada. Todo el contenido, objeto que le ha dado sentido definitivo y pleno: la Iglesia. En torno a esta preocupación acuciante gira todo en esta obra

Josefa Pastor, cmt: Núcleo carismático

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