El martes día 27 de noviembre, se hizo el quinto recorrido por las calles donde estuvieron nuestros Hermanos y Hermanas desde la llegada al Vendrell. Esta vez era el profesorado de Primaria quien recorría las distintas casas y saboreaban esas huellas dejadas por ellos durante el tiempo que permanecieron regalando sus vidas a los demás, en todo lo que necesitaran. Siempre cogidos de la mano de Dios.

En este grupo también tenemos un testimonio de una maestra que quiere compartir con todos. Más de uno/a nos han manifestado que les gustó mucho descubrir lo que no sabían de la historia y dónde nació realmente el colegio en el que trabajamos. Es cierto que viéndolo ahora cuesta imaginar que nuestra labor docente naciera en una pequeña salita con niños de párvulos.

Doy gracias a Dios por haber podido realizar estos itinerarios escuchando a Magda Nogués que realmente lo explica muy bien.

Un momento en el que siempre me he emocionado es cuando les explicamos la labor desinteresada de las Hermanas durante el cólera del 1911. Ver esa foto con las 25 hermanas que vinieron a ayudar en todo lo que podían es realmente emocionante y no te deja indiferente por dentro.

De los itinerarios que estaban programados se ha aplazado el de los profesores de Secundaria debido al clima meteorológico que últimamente tenemos en el pueblo.

Comunicaros que todos los participantes, de los diferentes itinerarios, han recibido un “librito” con explicaciones ambientadas con fotografías y textos de personajes ilustres de la Villa dónde se puede comprobar la labor que hicieron todos y lo queridos que fueron tanto los Hermanos como las Hermanas. Aparece también algún poema de los Hermanos y otros dedicados a ellos por el pueblo.

La comunidad de El Vendrell

 

 TESTIMONIO DE UNA MAESTRA DE PRIMARIA

 Dicen que las huellas del pasado nos acercan a nuestro presente y hoy, 150 años después hemos seguido los pasos de aquellos hermanos carmelitas que llegaron al Vendrell con la única vocación de ayudar. Siguiendo su historia hemos sentido en plenitud el carisma del P.Palau, dedicarse al prójimo, a los más necesitados y sobre todo a los niños.

De la mano de los hermanos hemos llegado a nuestras queridas hermanas, aquellas “heroínas anónimas” que de forma abnegada y altruista se dedicaron a los enfermos y más tarde a la enseñanza.

Y todo esto nos lleva al presente, donde he sentido que nosotros, como parte de la familia de las carmelitas estamos en la obligación de seguir el camino mostrado, de dar testimonio desde la bondad y el amor a los demás, de todo lo recibido por ellas.

Gracias por esta vivencia.

Mª José Rodríguez Bueno

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