En la localidad de Amposta (Tarragona), comunidad del Sagrado Corazón el día 17 de abril de 2019, falleció nuestra Hermana Rosa Santamaría Dasca
Su dilatada vida ha sido un regalo inmenso para cuantos la hemos conocido y querido. Con esta afirmación iniciamos esta Eucaristía que es a la vez un adiós y un canto de esperanza y agradecimiento por haber compartido con ella nuestra vida y nuestra misión. Ella ha sido para todos los que la hemos conocido testimonio del amor de Dios y de entrega afectuosa y desinteresada. Ella supo crear relaciones de amistad que no quedaron en el olvido y que siempre ha llevado en su corazón.
Un recorrido por su vida
Rosa nació en El Morell el 30 de agosto de 1912. Recibió y acogió la llamada del Señor ingresando en nuestra congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas haciendo su profesión Religiosa el día 7 de noviembre de 1935. Eran tiempos recios pero ella no sucumbió nunca al cansancio ni a las dificultades. Una larga vida de entrega, amor, servicio… que es imposible resumir en esta sencilla comunicación.
Muchos destinos han conocido el despliegue del amor de H. Rosa, especialmente entre los niños y adolescentes que recibieron su atención educativa y que han mantenido siempre en su recuerdo y que ella nunca olvidó.
Así sencillamente, sin grandes manifestaciones, su amor se ha ido desplegando ante todos los que se han relacionado con esta gran mujer, con esta excelente Carmelita del Padre Palau, que a lo largo trayecto de su vida nos ha enseñado lo que es AMAR Y ENTREGARSE A LA IGLESIA.
Damos gracias a Dios por su testimonio, por su entrega a la Iglesia desde la dedicación en la educación de niños y jóvenes en este pueblo de Amposta donde le han querido y valorado siempre, por el paso de tu vida por nuestra comunidad. Hemos sido testigos en esta última etapa de tu vida de tu paz, serenidad, aceptación de las limitaciones propias de la edad llevadas con alegría, de la acogida a cuantos te trataban, de tu agradecimiento ante cualquier pequeño servicio…
El día 17 de abril entregó su alma a Dios. Como Francisco Palau, podía decir: “Acabada esta vida te dejarás ver sin velos y a cara descubierta, y viéndote te poseeré yo a ti y tú a mí, y los dos seremos eternamente una misma cosa.” (Bto. Francisco Palau, MR. 4,6).
¡GRACIAS POR TU HEROICA Y LARGA HISTORIA DE AMOR!
Has cumplido fielmente la voluntad de Dios en tu vida. Su gracia no ha sido estéril en ti, su gracia siempre te ha acompañado. Gracias H. Rosa por tu ejemplo de sencillez, de cercanía, de entrega al servicio de la Iglesia.