Señora: Yo me obligo a practicar en bien de mis prójimos todas las obras de misericordia que pueda y que están en mis manos. Tendré
para todos aquellos con quienes me familiarizo, un corazón afable, benigno, dulce, manso, y seré su servidor. Ni con palabras, ni con
obras, ni con gestos, ni directa o indirectamente les contristaré, les molestaré ni mortificaré. Recibid, Señora, estos mis propósitos, y
haced que tengan un efecto siempre eficaz (Mes de Maria. Bto. Francisco Palau)