Las Carmelitas Misioneras Teresianas y con toda la familia palautiana, estamos de celebración:  150 años de nuestros inicios en esta ciudad de Tarragona, la última y más importante fundación del Padre Palau. Él mismo afirma en una de sus cartas: “Estoy dispuesto a sacrificarlo todo por ir en auxilio de Tarragona, porque es el punto de más importancia” (C.168, 28.02.1872)

Por ello, a pesar de las dificultades que la actual situación del Covid-19 nos ha presentado, la comunidad de Tarragona ha ido programando diferentes actos y actividades con los alumnos y familias para conmemorar tan importante efeméride.

Entre estas actividades destacamos las dos rutas históricas que se han realizado por la ciudad los días 29 de enero y 5 de febrero, a cargo de la Hna. Antonia Agulló, quien acompañó a un numeroso grupo de participantes por las diferentes casas que la comunidad ocupó en esta ciudad, explicando con detalle las situaciones y motivaciones que llevaban a las Hermanas a cambiar de residencia. La segunda ruta, con más de 40 participantes. dio comienzo en la capilla de las hermanas Carmelitas Descalza de la C/ El Carmen, lugar en que el padre Palau concibió la iniciativa de la fundación en Tarragona. Una de las motivaciones de esta fundación fue que las Hermanas se hicieran cargo de la pequeña escuela que las Carmelitas Descalzas, de vida contemplativa, tuvieron que asumir por exigencias políticas del momento histórico.

En ese lugar tan emblemático se explicó el porqué de las diferentes casas; cómo la comunidad de aquella época, gracias a su ejemplo y buen saber hacer, tenía cada vez más novicias, más alumnas en sus colegios, situados en la calle de Misericordia, Cervantes y Unión, ayudando según el carisma del P. Palau a los más necesitados.

Durante las rutas hubo numerosas anécdotas, una de ellas la disponibilidad de Guardia Urbana quien paró su coche y se ofreció a sacar la fotografía de grupo de todos los participantes delante de la C/ Misericordia, nº 3, la casa donde murió nuestro fundador y primera escuela de la CMT.

También en estas rutas participaron muchos antiguos alumnos/as que explicaron anécdotas de sus días escolares y recordaban con gran cariño a las hermanas que estuvieron y las guiaron en su vida personal. Todos los participantes mostraron gran interés en todo el recorrido y agradecieron la posibilidad de participar en esta actividad. Las calles de Tarragona recorridas, los lugares concretos visitados recobran un nuevo significado para todos.

Nuestro deseo y compromiso: pasar dejando huella como hizo el P. Palau, siendo fieles al carisma que nos trasmitió. Saber agradecer e imitar. La fortaleza, el buen hacer y la fidelidad de las CMT que nos han precedido y que dejaron tan buenos recuerdos en los alumnos y familias son un estímulo para cuentos nos sentimos enraizados con la familia palautiana.

Queremos seguir trabajando en esta línea para continuar manteniendo viva la obra iniciada por nuestro Fundador, el beato Francisco Palau. Que él pueda seguir animándonos con su bella exclamación: “Yo admiro en vosotras la obra de Dios”, porque nosotros, laicos y hermanas, seguimos admirando la obra de Dios en él.

Isabel Seró, profesora y exalumna

Antonia Agulló, cmt