Venid benditos de mi Padre, estaba enfermo y me curasteis, estaba solo y me acompañasteis. estaba triste y me alegrasteis. Estaba feliz y sonreísteis conmigo.
En la comunidad de Virgen del Carmen y San Lorenzo de Graus el día 17 de agosto de 2017, falleció nuestra Hermana ENCARNACIÓN ORTEGA SAIZ
Damos gracias al Señor por nuestra hna. Encarnación. Ella como el P. Palau supo vivir su entrega a la Amada Iglesia en los lugares y con las personas que la Providencia ponía en sus manos.
Sus primeros pasos de familia numerosa en Burgos (nació el 30 de mayo de 1929, aunque ella afirmaba que nació el 29), en la Iglesia de San Cosme y San Damián (donde fue bautizada el 9 de junio del 1929 y confirmada el 9 de junio de 1932), en la Catedral y el tiempo en que escucha la llamada al seguimiento del Señor en la vida consagrada .su primeros momentos en este camino: postulantado en Amorebieta, Noviciado en Tarragona.. son tiempo de ir configurando su corazón al del Señor, a su estilo. Su primera profesión el 15 de noviembre de 1952 abre el tiempo de su entrega y «siembra» en el apostolado.
La misión realizada con los enfermos (Alicante, Barcelona-Corachán, Gerona, Bilbao, Barcelona—Montsalud), con niños en situación de riesgo – protección de menores (Sant LLorenç Sa\all), su misión en el Centro de Espiritualidad de Larrea, con los ancianos en El Vendrell y Valls, y finalmente su apostolado y testimonio entre nosotros, en Graus, nos hablan de una entrega caracterizada por la disponibilidad en todo momento, la alegría, la osadía, la perseverancia y la cercanía a todos y a los problemas de cada uno… y como buena ‘grausina’, además se ser la primera en ir a la Despierta, siempre con el cordonet del Santo Cristo y San Vicente en su muñeca.
Entre todo lo que le ha ido caracterizando durante su vida, en estos últimos años podemos resaltar: su cariño e interés por todos sin acepción de condición social o religión, somos testigos de su trabajo y disponibilidad en favor de Cáritas y de que precisamente ella ofrecía una atención especial a las personas «menos favorecidas» por su modo de ser o situación social, todos merecían su piropo, su beso-abrazo y su «cielo»; su libertad y plena confianza en el amor del Señor; su continua autoformación y su interés en ir plasmando los momentos litúrgicos en los murales de la Virgen de la Peña, la Capilla y comunidad; su seguimiento y su participación en los acontecimientos tanto del pueblo de Graus como de la Iglesia, en especial de nuestra Iglesia local; su preocupación y oración por los sacerdotes, por las nuevas vocaciones en la congregación; su interés por la misión de la comunidad en la pastoral. Todo ello tejido, como toda persona, con aspectos de su carácter que se trabajaba y procuraba contener.
De los últimos meses de enfermedad (de quimioterapia) resaltamos sus ganas de vivir y seguir luchando hasta que el Señor así lo dispusiese; su confianza en sus médicos; su agradecimiento y preocupación por las hermanas que le atendíamos que muchas veces anteponía a su propia enfermedad, y en los últimos días, ante la percepción de que no había mejora en su enfermedad, la consciencia y verbalización de «estoy en las manos del Señor»
Hoy sigue haciéndose realidad este mensaje que ella recibió hace años: «Lo primero que nos brota desde lo más profundo es iGRACIAS!. Gracias por tu acogida; gracias por tu cercanía; gracias por tu sencillez… Háblale muchos ratos al Señor de nosotros, de nuestras cosas, de todo lo que hemos vivido contigo. iHas sido un regalo del Padre Dios!»