Padre valiente y creativo, ejemplo de amor a la Iglesia y a los pobres

es “un padre en la acogida”, porque “acogió a María sin poner condiciones previas. Esposo de María es también el que, confiando en el Señor, acoge en su vida incluso los acontecimientos que no comprende, dejando de lado sus razonamientos y reconciliándose con su propia historia. La vida espiritual de José no “muestra una vía que explica, sino una vía que acoge”, lo que no significa que sea “un hombre que se resigna pasivamente”. José es “valiente y fuerte” porque con “la fortaleza del Espíritu Santo”, aquella “llena de esperanza”, sabe “hacer sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la existencia”.

Él nos muestra cómo “la fe da sentido a cada acontecimiento feliz o triste”. José “no buscó atajos”, sino que enfrentó “‘con los ojos abiertos’ lo que le acontecía, asumiendo la responsabilidad en primera persona”. Por ello, su acogida “nos invita a acoger a los demás, sin exclusiones, tal como son, con preferencia por los débiles”

A él dirijamos nuestra oración:

Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.