“Lo saciaré de larga vida, y le haré ver mi salvación” (Salmo 91:16). Esta frase del salmo 91 se ha hecho realidad en la vida de H. Fuensanta que ha experimentado la bondad y la bendición del Señor a través de una vida larga y plena al servicio de la Iglesia.

Una vida que vio la luz en Novelda-Alicante el 26 de agosto de 1922 en el seno de una familia de profunda vida cristiana en la que crece y se desarrolla la semilla de la vocación.

La presencia de Congregación en el pueblo, el testimonio de la H. Teresa Mira, a la que tuvo la suerte de conocer, y la vida de piedad la dispuso para acoger la llamada del Señor que la llevó a dejar su familia para conocer más la vida y misión de carmelitas misioneras teresianas y en el año 1942 dejó su pueblo y familia y viajó a Tarragona para incorporarse a su nueva familia.

Y a partir del 07 de marzo de 1944, día de su consagración al Señor, hizo vida la frase del P. Fundador “Porque te amo, oh Iglesia santa, busco en los servicios ocasión de complacerte”.

Han sido 76 años de vida entregada al servicio de la Iglesia de rostros concretos desempeñando las distintas tareas que la Congregación le ha asignado en los distintos tiempos y lugares donde ha sido enviada (comunidades de Torrevieja, Barcelona, Graus, Reus, Aitona y Novelda).

Su talante alegre, servicial la ha llevado a conectar con facilidad con los destinatarios de su misión tanto en los servicios internos a la Congregación como en los desarrollados con las gentes de las poblaciones donde ha estado. Gran amante de la música, de la fotografía y de la costura dedicó unos años a enseñar a las jóvenes de los barrios de Barcelona un oficio.

Los últimos años los ha pasado en esta comunidad de Novelda donde ha podido acompañar y ayudar a su hermana enferma y gozar de la ancianidad con todos los cuidados necesarios.

Gran amante de la lectura ha seguido los acontecimientos sociales y eclesiales y con espíritu de servicio ha dedicado muchas horas a la oración por las necesidades de la Congregación y del mundo. Su profunda devoción a la Virgen María la ha llevado a desgranar diariamente el Rosario por sus seres queridos, por la Congregación y por el mundo tan necesitado de paz (siempre tenía presente la experiencia de la guerra de España). También la Eucaristía ha llenado de sentido su vida y ha nutrido el diálogo íntimo con el Señor.

Cuando ya la ancianidad la ha ido privando de los sentidos su talante se ha mantenido siempre sereno, alegre, agradecido y con una confianza plena en el Señor.

El día 22 de octubre de 2020 se celebra la Eucaristía en la capilla de la comunidad en un ambiente íntimo, debido a la situación creada por la pandemia del Covid-19, en el que se eleva una profunda acción de gracias por su vida entregada en fidelidad la vocación recibida.