En la localidad de Valls (Tarragona), Comunidad “Santa Teresa”, el día 17 de febrero 2017 falleció con la muerte de los justos nuestra amada hermana JULIANA COLASTRA ARCE

Breve recorrido por su historia

Nuestra hermana Juliana nació en Yepes (Toledo) el 4 de julio de 1928. Recibió los sacramentos del Bautismo el día 11 de julio de 1928 y el de la Confirmación el 6 de marzo de 1930, en la Parroquia de San Benito Abad, de Yepes.

Ingresó como Postulante en la Congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas el día 31 de

Octubre de 1953, en Tarragona, Casa Madre. Inició el Noviciado el 14 de mayo de 1954. Hizo su primera

Profesó el 15 de mayo de 1955 y confirmó su entrega Perpetua al Señor el 15 de mayo de 1960 en Amorebieta (Vizcaya).

La Hna. Juliana supo encarnar muy bien en su vida, la misión de buena samaritana, atendiendo a los enfermos en la Clínica “San José” de Bilbao, así como en la misión Social-Sanitaria en Portugal. Estuvo destinada también en la Sede Provincial de Madrid, en la Casa Madre de Tarragona, en Reus y su último destino fue a esta Residencia de Valls.

Hna. Juliana fue un alma de oración, sabemos que le gustaba y a veces se levantaba más temprano que el resto de la comunidad, para rezar el rosario a la Virgen y hacer el Viacrucis. Era amante de la observancia religiosa, sacrificada y muy trabajadora. Dios le dio habilidad para hacer primorosos trabajos manuales, que con generosidad obsequiaba a las hermanas y a quien se lo pedía. Tuvo especial preocupación por ayudar a los pobres, lo sintió con tanta fuerza, que incluso llegó a privarse ella misma de lo que necesitaba.

Otra faceta muy importante y destacada en ella, fue el amor a su familia. A todos recordaba con gran cariño y gozaba mucho hablando de ellos. Creemos que, si así les amó durante su vida, con seguridad que serán ellos, los primeros, en recibir su ayuda, ahora desde el Cielo.

Últimamente, cuando la enfermedad fue reduciendo sus fuerzas, la vimos expresar con más intensidad su cariño hacia todos, las hermanas y el personal que la atendía en la Residencia.

Querida hermana Juliana, intercede por todos nosotros, ahora que ya gozas de la plenitud del Amor de Dios.