“Vivo y viviré por la Iglesia, vivo y moriré por Ella” (Francisco Palau)

Al considerar estas palabras de nuestro P. Fundador, Beato Francisco Palau, vemos con gozo, como nuestra H. Amparo, supo integrarlas en su vida, como Carmelita Misionera Teresiana.

Hna. Amparo nació en Zaragoza un 19 de octubre de 1922. En el seno de una familia cristiana, recibió los Sacramentos del Bautismo y Confirmación. Sintiendo la llamada del Señor ingresó en la Congregación de Carmelitas Terciarias Descalzas con sede en Zaragoza, dedicada a la vida contemplativa y activa, misión que realizaban en un colegio de enseñanza y en un internado de jóvenes.

La Providencia de Dios quiso que las veintiuna hermanas que en ese momento formaban dicha Congregación, se unieran a la nuestra, y el próximo día 16 de julio, festividad de nuestra Madre del Carmen, H. Amparo habría cumplido los 50 años como Carmelita Misionera Teresiana. A lo largo de este periodo de tiempo, entre otras actividades, desempeñó por tres trienios el cargo de animadora local en Zaragoza.

Muchas son las virtudes humanas y espirituales con que Dios adornó a H. Amparo. Fue siempre muy querida por todas las hermanas, porque en ella sobresalía la simpatía.  Mujer de relaciones, a la vez que poseía una  notable capacidad intelectual que daba peso,  profundidad y eficacia a la forma de actuar en su vida.

Como buena aragonesa amaba entrañablemente a la Virgen del Pilar,  últimamente siempre la tenía en sus labios, haciendo honor a su buena memoria. Se puede decir que el Sagrado Corazón y la Virgen del Pilar, fueron los dos fuertes pilares que sostenían su Fe, como consagrada y misionera,  al servicio de la Iglesia.

Los últimos días, ya muy débil por la enfermedad, todavía sacaba fuerzas para besar con gran fervor al Sagrado Corazón en una imagen muy querida por ella. Sólo Dios sabrá el valor de esos besos, que sin duda la habrán franqueado la puerta del Cielo, y la entrada a las Bodas Eternas.

Con esta seguridad, nos dirigimos al Señor, para expresarle nuestra acción de gracias, por el regalo de su vida, a la vez que pedimos para ella, su abrazo de Padre Misericordioso.

Tarragona, 28 de mayo de 2021